sábado, 10 de enero de 2009
Lo que necesitaba…
miércoles, 5 de marzo de 2008
Más fronteras: las cosas, la mentira y la verdad.
Para todos los que supieron sufrir, a causa de verdades y mentiras…
Como un juego bajo la lluvia, lo que hoy llamo verdad puede ser mentira mañana. ¿Para qué recurrir a la evidencia de los hechos, a tu pelo confundiéndose con mis manos? Si después de todo, lo que necesito más que nada son palabras, las mismas que a veces retozan sobre mí, secando mis lágrimas, pero al mismo tiempo acariciándolas y disfrutando de su caída.
Por eso no escribí en enero, por eso ahora sí lo hago. Mañanas, tardes y noches pensando, y quizás, más que nada, esperando la llegada de eso que está más allá de mis sentidos. Hasta que un día me dije, ¿qué es la verdad?, ¿a qué le llamo mentira?, si no son más que construcciones discursivas, dos formas distintas de narrar el mismo cuento: la historia de cómo me quedo sin saber que decir, bajo la lluvia de enero.
lunes, 25 de febrero de 2008
Timido regreso
Ahí pasó de nuevo, che, que linda que es…
-Hola, ¿todo bien?
-Bien – dice con esa sonrisa, sonrisa que siento tan mía, por lo menos durante esos segundos, que a mí me parecen años anudando mi garganta.
En esos años, o segundos -es lo mismo a esta altura- los recuerdos se bifurcan. Me reclino en la silla y me dejo llevar por su corriente.
miércoles, 7 de noviembre de 2007
¿Todo parte de todo?
Se entreveran con tu pelo, con tus ojos y con cada palabra que sale de tu boca. Juegan a confundirse con el hecho de que hoy sea miércoles o que este lápiz azul. Pero él se cree todo; estudia, va a trabajar, “buen día, que calor”, le dice a cualquiera, mientras extraña tu pelo, tus ojos y cada mentira que sale de tu boca.
jueves, 9 de agosto de 2007
+ límites / falsos límites
domingo, 29 de julio de 2007
Zzz
Cautivo en la vigilia de una noche sin escape, no podía encontrar por ningún lado las llaves; esas minúsculas, con el llavero lleno de ovejas. Sin éxito, inspeccioné cada rincón. Fue el día en que empecé a preguntarme sobre los enlaces. ¿Cómo soñar, esperando segundo a segundo el instante en que abandonamos el tiempo y nos arrojamos en una infinidad de posibilidades? Ese llavero me hacía acordar a la vez que me subieron a una oveja -siempre dijíste que ese día me volví bueno. Cada niño del jardín montaba un pequeño caballo, y como no había uno para quien escribe, tuve que recorrer los pocos metros del trayecto sobre este animal lento, sucio…"agarráte fuerte, pibe"…"no perdés las bolas porque las tenés atadas"…"zzz"