miércoles, 5 de marzo de 2008

Más fronteras: las cosas, la mentira y la verdad.

Para todos los que supieron sufrir, a causa de verdades y mentiras…


Como un juego bajo la lluvia, lo que hoy llamo verdad puede ser mentira mañana. ¿Para qué recurrir a la evidencia de los hechos, a tu pelo confundiéndose con mis manos? Si después de todo, lo que necesito más que nada son palabras, las mismas que a veces retozan sobre mí, secando mis lágrimas, pero al mismo tiempo acariciándolas y disfrutando de su caída.

Por eso no escribí en enero, por eso ahora sí lo hago. Mañanas, tardes y noches pensando, y quizás, más que nada, esperando la llegada de eso que está más allá de mis sentidos. Hasta que un día me dije, ¿qué es la verdad?, ¿a qué le llamo mentira?, si no son más que construcciones discursivas, dos formas distintas de narrar el mismo cuento: la historia de cómo me quedo sin saber que decir, bajo la lluvia de enero.

lunes, 25 de febrero de 2008

Timido regreso

“Un fino vidrio separa lagrimas que lloran por mentiras, de una lluvia de pecados…”. Detengo la escritura. Es difícil mantener una regularidad cuando uno piensa haberlo dicho todo. Se siente como si ya no hubiese más palabras, o si estas perdiesen su significado en el viaje desde mi boca hasta a ese corazón. Bueno, al final de cuentas es mejor no seguir pensando en eso. A veces el cuerpo lo necesita, ¿no?...
Ahí pasó de nuevo, che, que linda que es…
-Hola, ¿todo bien?
-Bien – dice con esa sonrisa, sonrisa que siento tan mía, por lo menos durante esos segundos, que a mí me parecen años anudando mi garganta.
En esos años, o segundos -es lo mismo a esta altura- los recuerdos se bifurcan. Me reclino en la silla y me dejo llevar por su corriente.