martes, 19 de junio de 2007

Muelas del Juicio


Al otro día, otro sueño. Cuando me desperté miré al espejo. Tenía todos los dientes doblados. Cerrar la boca era como comer una bolsa de piedras; podía moverlos individualmente, golpeándolos con mi lengua. Horas más tarde cayó el primero. Ocupaba la mitad de la palma de mi mano, todo mi temor. Podía apretarlo. Mis dedos se hundían como en una esponja. Sentí la humedad que emanaba de un colmillo. Si hubiese podido pensar en un sueño, habría pensado en vos.

Más tarde se cayeron los demás.

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